Los celos pueden presentarse en cualquier relación: entre hermanos, amigos, compañeros de trabajo o estudios, etc. Pero donde más daño hacen es en el mundo de la pareja, que es sobre lo que voy a escribir hoy.
Que son los celos
Son una respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza (ya sea real o imaginaria) hacia algo que considera propio, en este caso, hacia su pareja.
Cuando sospechas que tu pareja se interesa por otra persona, los celos se apoderan de ti. En ese momento, dejas de percibir la realidad tal y como es, centrándote en descubrir la posible traición y tu objetivo se vuelve desenmascarar a tu querido/a infiel (aunque no lo sea). Si hay que chantajear, espiar, invadir la privacidad del otro, hackear la cuenta del caralibro o manipular, se hace. El fin justifica los medios. O tal vez no…
Celos son puñales que se clavan…
Los celos están a la orden del día y es un tema que podemos encontrar en muchísimas canciones. Y sí, son una respuesta emocional muy habitual, pero habitual no significa que sea bueno. Que quede claro, clarito, clarinete: tener celos no tiene NADA de positivo.
Confianza
Un pilar básico en las relaciones de pareja es la confianza. A medida que aparecen los celos, aumenta la desconfianza. Y sin confianza no hay amor.
¿De qué sirve que tu pareja sea sincera y fiel si tú no la crees? Dará igual lo que haga o diga, tú estarás de mal humor, desconfiando, refunfuñando, reprochando… Y al final, tu peor pesadilla se acabará cumpliendo; la relación se romperá, pero no por posibles terceras personas, sino porque tú lo favoreces con tu comportamiento.
Control
«¿Con quién estás hablando?», «¿Dónde vas vestido/a así?», «No me gusta que salgas sin mí», «Quiero que te pongas guapo/a sólo para mí», «¿por qué miraste a esa persona?» , etc.
No puedes controlar a nadie por las muchas inseguridades que tengas, a menos que lo/la metas en una jaula o lo/la ates en corto. Te enamoras de una persona libre, así que no pretendas cambiarla o limitar su libertad. A menos que quieras tener al lado a un/una perrito/a faldero que no se atreva ni a atar los cordones sin permiso. O serlo tú…
Mitos
Si tiene celos, es que me quiere
Esto es más falso que el máster de Cifuentes.
Los celos no son ninguna prueba del amor. De hecho, los celos no tienen nada que ver con el amor, sino con el deseo de posesión. MI pareja, MI marido, MI chica, MI novio… Y no hará falta decir que el hecho de considerar a las personas como una propiedad es terriblemente enfermizo.
Te quiero y te necesito
Otra creencia errónea.
Aunque es una frase que puede escucharse muy fácilmente en canciones pastelosas, películas cursis, series, novelas o poemas románticos, eso de «necesitar» es absurdo. ¿Qué necesitamos realmente para vivir? Comer, respirar, dormir, ir al baño y poco más.
Si crees que necesitas a tu pareja, siento decirte que eres una persona emocionalmente dependiente. La frase correcta es: te quiero, pero no te necesito. Tú es un ser independiente y a la otra persona la quieres, la eliges, la amas, pero no la necesitas para vivir o sentirte completo/a. Eso de sin ti me muero es una patraña (al final del artículo dejo un enlace con una entrada que hice hace unos meses sobre el mito de la naranja).
Pide ayuda
Si tu pareja es celosa, no puedes hacer nada para que deje de serlo. Que no se te pase por la cabeza autolimitarte para que él/ella no se enfade.
Si eres celoso/a, a veces es necesario acudir a un psicólogo. En muchas ocasiones, detrás de ese miedo a la pérdida del ser querido, la infidelidad o el abandono, hay miedo a la soledad, la baja autoestima, inseguridades o creencias irracionales acerca del amor.
Recapacita
Quiere a tu pareja con la mano abierta. Si la cierras muy fuerte para que no se vayas de tu lado…
- No sabrás si tu pareja está contigo porque te quiere o porque no puede irse.
- Antes o después te cansarás de apretar y los/las dos terminareis heridos.
No olvides que los celos patológicos con demasiada frecuencia acaban en maltrato, ya sea psicológico o físico (o ambos).
Link:
Existe realmente a media laranxa?
Psicóloga Lugo
Janet Díaz