Autolesiones en la adolescencia

autolesiones en la adolescencia

Las autolesiones son actos para dañarse deliberadamente la superficie de la piel sin intento de suicidio. Las conductas autolíticas o autolesiones tienen como objetivo la regulación emocional del malestar y se utilizan como estrategia (desadaptativa y nada recomendable) de paliar en dolor emocional sufriendo dolor físico.

“Un acto deliberado y en general recurrente de hacer daño al propio cuerpo, sin la ayuda de otra persona, de manera lo suficientemente severa como para ocasionar lesiones en los tejidos corporales y generar hematomas, fracturas, cicatrices o marcas” (Luna Montaño, 2012).

Existen distintas maneras de llamar a las autolesiones y la terminología más utilizada es SAD (Síndrome de Autolesión Deliberada), CAL (self destructive behaviors) o NSSI (non-suicidal Self-injury).

Las autolesiones no constituyen una patología en sí misma, sino que son un síndrome que se puede encontrar en diversas patologías psiquiátricas.

Adolescencia

La adolescencia es una etapa de muchísimos cambios a nivel hormonal, educativo, social, corporal, físico, etc. Donde las emociones son muy intensas y difíciles de gestionar (frustración, ira, angustia, sentimientos de vacío…).

El perfil mayoritariamente adolescente asociado a las NSSI hace pensar que éstas sean un modo que algunos/as jóvenes utilizan para regular sus estados de ánimo cuando no saben o no pueden reaccionar de un modo equilibrado y proporcionado a sus tormentas anímicas y conflictos (Kirchner et als, 2011).

Si los/as adolescentes recurren a las autolesiones es porque no saben o no pueden expresar su malestar de otro modo. Y, desde luego, si el sufrimiento experimentado no fuera tan alto, no llegarían al punto de cortarse, morderse, pincharse, darse golpes, etc.

Factores de riesgo en la adolescencia

Factores personales

  • Inseguridad/baja autoestima
  • Dificultad en la regulación emocional
  • Poco autocontrol
  • Impulsividad

Factores familiares/sociales

  • Apego inseguro/ambivalente
  • Abandono, negligencia o maltrato infantil
  • Abuso sexual
  • Bajo nivel socioeconómico
  • Abuso de drogas

Criterios diagnósticos (no –oficiales)

  1. En al menos 5 días del último año, el individuo se ha infringido intencionalmente lesiones en la superficie corporal que suelen producir sangrado, hematoma o dolor, como por ejemplo cortar, quemar, pinchar, golpear, frotar en exceso, etc. Con la expectativa de que la lesión solo conllevará un daño físico leve o moderado (es decir, sin intención suicida).
  2. El individuo realiza los comportamientos auto lesivos con una o más de las siguientes expectativas:
    • Aliviar un sentimiento o estado cognitivo desagradable.
    • Resolver una dificultad interpersonal.
    • Inducir un estado de sentimientos agradables.
  3. Las autolesiones se asocian con, al menos, una de las siguientes:
    • Dificultades interpersonales o sentimientos o pensamientos negativos que tienen lugar en el período inmediatamente anterior al acto auto lesivo.
    • Un periodo de preocupación con el comportamiento que se pretende realizar que es difícil de controlar y que aparece antes de realizar el acto.
    • Pensamientos acerca de autolesionarse que aparecen frecuentemente, incluso cuando no se actúa.
  4. El comportamiento no está aceptado socialmente (como rituales religiosos o culturales) y no se limita a arrancarse una costra o morderse las uñas.
  5. La conducta o sus consecuencias provocan malestar clínicamente significativo o interfieren con las áreas interpersonal, académica u otras áreas importantes del funcionamiento.
  6. El comportamiento no aparece exclusivamente durante los episodios psicóticos, el delirium, la intoxicación por sustancias o la abstinencia a sustancias. En individuos con un trastorno del neurodesarrollo, el comportamiento no es parte de un patrón.

Epidemiología de las autolesiones

  • Incidencia de autolesiones más alta con patología psiquiátrica, comparados con el grupo sin patología.
  • Más prevalencia en jóvenes que padecen depresión, trastorno de conducta y trastorno de ansiedad.
  • Se dan en un 4% de la población general. En la adolescencia llega al 14-15%.
  • Según algunos estudios, las mujeres se autolesionan más con cortes y los hombres con quemaduras.
  • La frecuencia observada según el tipo de lesión es la siguiente (Fleta Zaragozano, 2017): cortes en la piel (85%), quemaduras (32%), arrancarse el pelo (7%), punciones, arañazos, pellizcos y envenenarse.

Prevención

Las autolesiones son un fenómeno creciente y alarmante y no podemos obviar el impacto que las conductas autolíticas tienen en redes sociales e Internet en general. Existen numerosas páginas web y perfiles que incitan a la autolesión como mecanismo de alivio emocional.

Los productos audiovisuales tienen un poder indiscutible. Hay también series y películas en las que las autolesiones son muy visibles e incluso aprobadas. ¿Qué sucede? Pues que al cambiar la percepción de las autolesiones como algo negativo y pasar a verlas como un comportamiento aceptado o «de moda», favorece que puedan aparecer conductas de imitación.

Aparte de la supervisión de Redes Sociales, series, películas y demás, la prevención debe realizarse desde diferentes ámbitos de actuación. Familia, profesorado, entrenadores/as, profesionales médicos, monitores/as, etc. Cualquier persona que trabaje con adolescentes es importante que tenga unos conocimientos mínimos sobre este tema para concienciar y detectar señales de alarma.

¡Toca tomar conciencia!

Psicóloga Lugo

Janet Díaz

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