Efecto Pigmalión | Psicólogo Lugo

efecto Pigmalión

El efecto Pigmalión es un fenómeno psicológico muy estudiado que consiste, de forma muy resumida, en cómo las expectativas y creencias de una persona influyen en el rendimiento de otra. ¡Y para explicarlo con mayor detalle, nada mejor que un experimento!

El experimento Pigalión en el aula

En un instituto de California, en la década de los 60, se realizó un importante experimento llamado “Pigmalión en el aula” y fue llevado a cabo por el psicólogo Robert Rosenthal y la directora del centro, Leonore Jacobson.

Primera fase

Al inicio del curso académico Rosenthal y Jacobson aplicaron unas pruebas de inteligencia a más de 300 alumnos/as. Una vez corregidos los test pudieron comprobar que los/as estudiantes tenían un nivel de inteligencia similar.

Luego cogieron al azar a un pequeño grupo de estos alumnos/as y redactaron unos informes falsos en los que se ponía de manifiesto que estos estudiantes habían obtenido unos resultados extraordinarios en las pruebas de inteligencia.

Los informes, tanto los reales como los falsos, fueron entregados a los profesores/as y se les afirmó que aquellos estudiantes que habían obtenido mejores resultados, serían los que mejor rendimiento tendrían al finalizar el curso.

Segunda fase

La segunda parte del experimento se llevó a cabo ocho meses después, una vez terminado el curso académico. Rosenthal y Jacobson volvieron a evaluar las capacidades intelectuales de los/as más de 300 estudiantes y se quedaron ojipláticos con los resultados. Los/as alumnos/as a los/as que les habían atribuido de forma falsa una excepcional inteligencia, habían obtenido unos resultados en inteligencia superiores al resto de compañeros/as y unas mejores cualificaciones académicas.

¿Qué sucedió?

Pues que Rosental y Jacobson con los informes falsos manipularon las expectativas que tenían los/as profesores/as acerca de sus alumnos/as.

Los/as profesores sabían que podían esperar muy buenos resultados de esos estudiantes y es por ello que empezaron a brindarles un trato diferenciado (aunque en ningún momento se les pidió que lo hicieran): les dedicaban más tiempo, mantenían más tiempo el contacto ocular con ellos/as, les daban más oportunidades que al resto de compañeros/as, cuando se equivocaban no lo atribuían a que no tuvieran capacidades sino a que no habían entendido bien las explicaciones, les animaban más que a sus compañeros/as, etc. En definitiva, como sabían que podían esperar mucho de ellos/as, su actitud y su predisposición a enseñarles era más especial y diferente que la que tenían con el resto de alumnos/as.

Efecto Pigmalión o Profecía autocumplida

Está claro que las expectativas que tenemos acerca de nosotros/as mismos/as, así como las que tienen sobre nosotros/as la gente que nos rodea, influyen en nuestros resultados. Creer en algo ayuda a que ese algo acabe sucediendo, pero no de una manera mágica o misteriosa al estilo Paulo Coelho «si lo deseo mucho muchísimo acabará sucediendo» (pues va a ser que no…), sino mediante acciones, modificando el comportamiento. El efecto Pigmalión se produce porque lo que creemos lo comunicamos a través de nuestros gestos, actitudes y mensajes implícitos, está patente en lo qué decimos y en cómo lo decimos.

Es muy importante ser conscientes de este efecto, sobre todo los/as educadores/as, profesores/as, maestros/as y padres/madres. Si un/una niño/a percibe que confiamos en él/ella y que creemos que será capaz de alcanzar las metas que se propone, será mucho más eficaz y eficiente.

Aunque en este artículo me haya centrado en el efecto Pigmalión en la infancia, con los adultos sucede más de lo mismo. Seguramente en alguna ocasión te has propuesto un objetivo y has acabado abandonándolo porque tu entorno no te apoyaba lo suficiente. En resumidas cuentas, recuerda que las expectativas de las personas cercanas influyen en nosotros/as así que vigila que tipo de gente te rodea.

Bibliografía

El efecto Pigmalión. ¿Hasta qué punto determina nuestro futuro la visión que los demás tienen de nosotros?

El efecto Pigmalión, autoestima y rendimiento escolar.

El peligro de las etiquetas: el efecto Pigmalión

Psicólogo Lugo

Janet Díaz

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