La mayoría de las relaciones tóxicas están abocadas al fracaso. Pueden mantenerse más o menos tiempo, pero siempre a costa de un gran sufrimiento. Si te sientes identificado/a con alguna de estas señales de alarma, evita alargar la situación, deja de sobrevivir y comienza a vivir.
1. Sientes que tu relación es un campo de minas
Vas con mucho cuidado con lo que dices y/o haces en tu día a día porque intuyes que, antes o después, tu pareja va a estallar por cualquier cosa. No sabes cuando ocurrirá, no lo puedes predecir, pero sabes que estallará seguro.
2. Tu pareja te controla
Revisa tu teléfono móvil, accede a tus redes sociales, te pide explicaciones de prácticamente todo, le molesta que pases tiempo con determinadas personas, etc.
3. Relaciones de amor y odio
“Eres la persona que ha sacado lo mejor y lo peor de mi”. El amor sano suma, te ayuda a crecer como persona y te transforma en la mejor versión de ti mismo/a. Si tu pareja saca lo peor de ti, huye.
4. Pasar de las peleas a la indiferencia
Después de una discusión que no llega a buen término, tu pareja puede pasar varios días (o incluso semanas) sin hablarte. Por eso acabas cediendo casi siempre, porque en caso contrario pasará de ti olímpicamente, sin ni siquiera dirigirte la palabra.
5. Modelo de relación Ferrari
Estáis bien y de repente pasa algo (cualquier chorradilla) y os alteráis hasta niveles superlativos. Como un Ferrari, pasáis de 0 a 100 en un suspiro. Es una relación muy radical con grandes problemas de comunicación, en la que no hay sosiego, no existe la paz.
6. Alivio – culpa
Cuando llegas a casa después de trabajar y tu chico/a aún no ha llegado o cuando no acude a alguna reunión social contigo, por ejemplo, te sientes aliviado/a. Te sientes liberado/a porque realmente prefieres que no esté, pero al mismo tiempo no consigues librarte del sentimiento de culpabilidad porque piensas que si de verdad le quisieras no deberías sentir ese sosiego.
7. Prisionero/a de tu pareja
Te sientes prisionero/a emocionalmente de tu pareja, estás agobiado/a con la relación, en muchas ocasiones te sientes presionado/a a continuar con tu pareja e incluso manipulado/a y, a pesar de todo esto, eres incapaz de romper la relación.
Recuerda
No hay nada más cierto que “más vale solo que mal acompañado”.
Psicólogo Lugo
Janet Díaz