Se acercan las Navidades… ¿Qué regalos hacer? ¿Cómo acertar? ¿Le gustará? ¡Es que no sé qué demonios regalar!
Señales que nos indican que no hacemos regalos de un modo adecuado
Sentir la obligación de regalar.
“No me apetece o no quiero regalar, pero TENGO que hacerlo porque es Navidad (y es lo que toca)”. Lo podemos identificar fácilmente si dejamos los regalos para el último momento. Sí, los regalos que se hacen por compromiso se suelen dejar para esa tarde del 24 de diciembre o 6 de enero en la que nos metemos en un centro comercial porque TENEMOS que comprar los regalos. Malo será que no encontremos algo, ¿no? En vez de ir con ilusión, vamos con obligación, pereza y un poquito de agonía.
No saber qué regalar
Esa manida frase de “es que tiene de todo”. Esto sucede si concebimos los regalos sólo como algo material. ¿Qué demonios le vamos a regalar a esa persona que ya tiene de todo?
Ticket regalo
Antes de que la persona desenvuelva el regalo ya estamos diciendo (con cierto nerviosismo): “¡lo puedes cambiar si no te gusta!”.
Cuanto más caro, mejor
Eso dice mucho de nosotros/as y de nuestros valores. “Como lo/a quiero tanto voy a hacerle un regalo de mínimo 100 euros, menos sería una vergüenza”. ¿En serio? ¿El afecto se compra o demuestra con dinero? Parece que nos hemos acostumbrado a sustituir las expresiones de amor por las cosas materiales. No convirtamos los regalos en una competición de ¿quién gasta más? Un regalo caro no es sinónimo de un buen regalo.
Recomendaciones
Regala sólo si te hace ilusión hacerlo.
Libérate de la incercia de la presión social de los regalos obligados, te sentirás mucho mejor. Ten la valentía de no regalar nada si no quieres hacerlo. Si Mario te cae como una patada en el trasero, por muy marido de fulanito que sea, no tienes porqué regalarle nada. Además, es posible que el sentimiento sea mutuo, así que ¿para qué estás regalando? ¿Te beneficia en algo hacer regalos por compromiso? ¿Te hace más feliz a ti o al otro/a?
No regales algo que se pueda cambiar
No me refiero a que compres lo primero que veas y no incluyas el ticket regalo a traición. Sino a que te detengas a pensar en esa persona, a investigar que le gusta… De hecho, ya deberías saberlo, ¿no? Se trata de una persona a las que quieres, de un amigo/a, de un familiar, no de un seguidor de instagram. Si te tomas tu tiempo para conocer los gustos de esa persona, tienes muchas probabilidades de acertar. Pero claro, si no te has molestado en averiguar qué es lo que le gusta o si lo has comprado en el último momento, pues ticket regalo al canto. Luego ya si eso que lo cambie.
Haz detalles que nutran
Escribe una carta, una nota o ponle una dedicatoria a ese detalle que le quieres dar. No hace falta que seas un/una Premio Nobel de Literatura para escribir unas líneas expresando tus sentimientos. Oye, pero no seas cutre y no pongas un prefabricado “feliz Navidad”, cúrratelo un poquito más. Expresa el afecto que sientes hacia esa persona, dale las gracias de corazón, dile porque lo/a admiras, lo/a aprecias, lo que te gusta de él/ella… Tú te sentirás bien, y la persona que lo recibe, mejor. Te lo aseguro.
Regala experiencias y tiempo
Unas entradas para ir a un concierto de ese grupo que tanto le gusta, una tarde de spa, una cena en ese restaurante al que hace tiempo que quiere ir, unas sesiones de psicoterapia si crees que las necesita (barriendo para casa), hacer una excursión, compartir un atardecer, llevarse a los/as peques al cine o al parque (regalo para los/as niños/as que se lo pasan bien y descanso para los padres y/o madres)… Hay opciones para todos los bolsillos.
Reflexión
Con todo esto no quiero decir que no haya que hacer regalos por Navidad, pero el exceso de opulencia y materialismo no me parece buena idea.
Escuchamos con mucha frecuencia que los niños/as y jóvenes de hoy en día son muy caprichosos/as, que no saben más que pedir, pedir y pedir. Lo que no nos paramos a pensar es que la mayoría de las veces, antes de que ellos/ellas pidan, ya los hemos acostumbrado a recibir, recibir y recibir.
Parémonos a valorar el exceso de cosas materiales que regalamos y el distanciamiento en las relaciones personales en que estamos inmersos/as. Estas navidades esmérate con ese regalo, arriésgate “oye, no se puede cambiar” y escribe una carta o pequeña dedicatoria. ¡Luego me cuentas!
Bibliografía
borjavilaseca.com
Psicóloga Lugo
Janet Díaz